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Es uno de los cantores actuales que merecen todo mi respeto. Me parece original, de insuperable afinación y de una sensibilidad especial. Si bien, como dice un amigo, después de Gardel todo es un problema de gustos, yo me permito definir a Horacio, como un intérprete distinguido, sobrio, elegante, que canta como hay que cantar el tango, a media voz, sin estridencias.
De gran pinta y con fama de seductor, su canto realza las letras, con una excelente dicción, generando un clima que respeta el sentido dramático de los versos y sus metáforas.
Surgió al comienzo de los años 60, con una forma de cantar muy particular, distinto al resto de los vocalistas. No tenía tangos en su repertorio y parecía que entonara hacia adentro, como un reflejo exagerado de João Gilberto. Boleros y bossa nova eran los géneros preferidos.
Sus amigos, el pianista Sergio Mihanovich y los hermanos López Ruiz, lo presentaron a la empresa RCA-Victor, que en aquel entonces estaba dirigida en la parte artística por Víctor Buchino. Inmediatamente empieza a grabar, obteniendo un gran éxito.
Desde ese momento, su carrera empezó a crecer, siendo convocado al principal programa televisivo de ese momento: Sábados Circulares, que conducía Nicolás Mancera, donde permaneció bastante tiempo. También, participó en La Noche, otro ciclo de Mancera, donde compartió elenco con importantes figuras: Astor Piazzolla, Eladia Blázquez, Egle Martín, entre otros.
En 1965, vendrían las giras por el exterior y su incorporación al sello Columbia, y cinco nuevos discos que tuvieron gran repercusión, especialmente, en América Latina y en los Estados Unidos.
En Buenos Aires, actuó en las principales salas: Teatro Odeón, De La Cova, El Globo y café concerts: La Fusa y La Botica del Ángel, de Eduardo Bergara Neumann.
En 1970, fue invitado por Vinicius de Moraes para cantar en Mar del Plata y Punta del Este, junto con Chico Buarque, María Creuza, Toquinho, Naná y Dorival Caymmi.
En 1965, vendrían las giras por el exterior y su incorporación al sello Columbia, y cinco nuevos discos que tuvieron gran repercusión, especialmente, en América Latina y en los Estados Unidos.
En Buenos Aires, actuó en las principales salas: Teatro Odeón, De La Cova, El Globo y café concerts: La Fusa y La Botica del Ángel, de Eduardo Bergara Neumann.
En 1970, fue invitado por Vinicius de Moraes para cantar en Mar del Plata y Punta del Este, junto con Chico Buarque, María Creuza, Toquinho, Naná y Dorival Caymmi.
Y por fin, llegamos a 1975, año en que Horacio decidió hacer un cambio trascendente, abandona su rutina y se dedica por completo al tango. Así inició una nueva etapa discográfica, que perdura hasta la actualidad. Su primer disco de tangos larga duración fue en CBS-Columbia y se tituló Por los amigos (1976).
Sus grabaciones cuentan con la participación de notables músicos: Antonio Agri, Quicho Díaz, Fernando Suárez Paz, Walter Ríos. La dirección musical estaba a cargo de Oscar Cardozo Ocampo, quien se convertiría en el guía y referente musical de Horacio, hasta su trágica muerte en un accidente automovilístico, en 2001.
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